Seguidores

sábado, 19 de mayo de 2012

Later

Podría decir que no recuerdo sus gestos, ni sus formas. Tampoco su manera de reír, ni su sentido del humor. Podría fingir que he olvidado el modo en que hablaba cuando estaba nerviosa, y la dulzura de sus manos, incluso que apenas recuerdo su tacto y su olor. Podría acompañar mis palabras con una sonrisa sincera, y hablar del rumbo que tomó mi vida más tarde sin que tú apreciaras en mi expresión un solo ápice de falsedad. Pero, ¿sabes? mentirte sería mentirme, y mentirse a uno mismo es ya una vieja e infructuosa forma de intentar ocultar nuestro orgullo herido.
No sé muy bien qué motivo me ha llevado a escribir estas líneas, y dudo que algún día llegue a verlas acabadas. Puede que con ellas intente hacer justicia y deshacerme de la obligación de plasmar en un papel, antes de que mi memoria me lo impida, la historia del milagro que tuve ocasión de contemplar. Una maravilla que tenía rostro y voz, cuyo recuerdo me acompaña hace ya más de treinta años.
Lo sobrenatural del personaje que quiero reflejar en este escrito no era su apariencia, ni los escasos logros que acumulaba por aquella temprana época; no lo era tampoco la perplejidad o el desorden que creaba a su alrededor: sin lugar a dudas, lo era su extravagancia, su singularidad y, sobretodo, la sofocante carencia de cualquier defecto común en nuestra especie. Nunca podría afirmar que fuese perfecta bajo todas las miradas, pero si algo tengo claro sobre ella, es que era capaz de romper cualquier esquema.
Arrogante hasta la saciedad, y más por idealismo que por convicción, recuerdo la sonrisa socarrona que me dedicaba cuando trataba de argumentar en su contra. Aparentemente, era casi imposible hacerla cambiar de opinión acerca de cualquier tema, y no por falta de interés o amplitud de miras por su parte: nunca conocí a nadie que fuese capaz de no dudar bajo su mirada burlesca, o de conseguir enlazar las palabras después de haber escuchado su opinión
Era una combinación de adjetivos totalmente opuesta, pero que hacía ensamblar sus características como piezas de un complejo puzle.